Por último: ¿cómo funcionan los Aceites Esenciales?
El olfato es 1000 veces más sensible que el gusto. Una persona puede distinguir unos 10,000 diferentes olores y muchos de ellos están relacionados con emociones. Cuando olemos un aroma interpretamos ese olor con los neurotransmisores más rápidos de nuestro cuerpo que están conectados con la parte del cerebro que controla nuestras emociones. Las emociones pueden estar afectadas por los olores. Los científicos dicen que el olfato fue el sentido que nos protegía de los peligros y la información que se recibe va directamente a la amígdala que, como sabemos, controla el sistema de nuestras emociones. Y sin lugar a dudas, el olfato afecta las decisiones que tomamos y como nos sentimos, por eso las compañías lo usan en muchos productos que ni siquiera pensamos como zapatos deportivos, juguetes o ropa sin nombrar cafeterías o pastelerías, para aumentar el número de ventas.
Los aceites, aunque es verdad que huelen bien y hay gente que los usa como substituto del perfume, van mucho más allá. El aceite en la planta es el catalizador responsable de transportar los nutrientes y el oxigeno para alimentar a la planta y ese aceite hace lo mismo en el cuerpo humano ya sea aplicado tópicamente, ingerido o inhalado. El aceite es el elemento que incrementa la entrega de nutrientes a las células del cuerpo.
Hay un sinfín de estudios científicos albergados por universidades de todo el mundo corroborando las propiedades antimicrobianas de los aceites esenciales puros. Dr Chan ha demostrado que algunos aceites pueden destruir el estreptococo de la neumonía así como otras infecciones respiratorias aunque esta bacteria es muy resistente a los antibióticos los aceites esenciales de clavo, orégano y canela han podido paliar los efectos de la bacteria.
Los aceites esenciales realzan la absorción del oxígeno en el cuerpo, tienen una estructura anti virus, anti bacteria y también anti hongos, estimulan el sistema inmunológico, reaccionan imitando nuestras hormonas, son neurotransmisores, equilibran, son inhibidores y estimuladores, todo esto ha sido científicamente probado así que es de sentido común que los incorporemos en nuestra vida diaria.
La naturaleza tiene las respuestas y nos da lo que necesitamos solo tenemos que entenderla.
Los aceites tienen poder también en el aspecto psicológico y si no los usamos podemos estar desaprovechando un puente hacia una mejor calidad de vida.
A pesar de que gracias a la química moderna, la industria farmacéutica, alimentaria y cosmética han reproducido muchos de los efectos de las plantas, la pureza y calidad es casi siempre alterada por la incorporación de aditivos sintéticos. Si los aceites no se destilan correctamente, pueden perder su valor terapéutico. Por ejemplo el hinojo que se caracteriza por sus moléculas altamente oxigenantes y propiedades anti bacteria, puede perder sus cualidades y alterar la estructura de la molécula si añadimos demasiada presión durante su destilación.
Los aceites tienen que ser cultivados y producidos cuidadosamente para mantener esa fuerza vital que va a crear la diferencia en el sistema inmunológico, en la regeneración de tejido, y va a cambiar la trayectoria de una enfermedad.
Por último mencionar que todos estos beneficios se dan sin tener efectos secundarios