El telón de fondo del Covid-19… pero la canción de Rozalen sigue ahí, y es donde pongo mi atención y me rescata de ese deambular con la mente por una ciudad desierta el 23 de abril … y me cala su mensaje que me trae de nuevo a la historia que me cuenta :
Me pondré ante mi abuela y de rodillas
Pediré perdón por las veces que la descuidé
Brindaremos por los que se fueron sin despedida
Otra vez, otra vez …
Y algo se me coloca dentro, como un soplo de Alegría de sentir que podemos cantar cosas así de bellas gracias a la inspiración de alguien que nos las regala, y todo parece mucho más humano.
Así que me animo con la perspectiva de ese cambio de fecha que han prometido, para seguir celebrando nuestra fiesta, aunque me cuesta imaginarme lo de las distancias, porque habrá quien nunca hubiera aprendido a abrazar y ahora ya tenga el hábito de no hacerlo, pero para quienes el abrazo era una consigna ineludible de querer atraer a tu corazón a los que amas …, nos toca aprender a inventar un abrazo en la distancia, que nos una con fuerza y nos sostenga.
Los libros y la música, tienen muchas cosas en común, siempre están ahí para cuando los necesitas, te regalan instantes de belleza y miles de cosas…, Y consciente del lugar tan importante que ambas cosas ocupan en mi vida, me despido de mis libros ordenados y del que he guardado en el bolso y cogiendo el que voy a leer ahora en mi cama escucho por tercera vez la canción:
Somos aves enjauladas
Con tantas ganas de volar
Que olvidamos que en este remanso
También se ve la vida pasar
Voy repitiendo un profundo gracias para que se extienda en este viento que acoge todo lo que pongo en él. para repartirlo, con el deseo de que les llegue a tod@s l@s que han contribuido con sus canciones o sus libros a mejorar mi vida, a hacerla más interesante, más plena, más divertida, más profunda, más fértil y sobre todo y por ello : MAS VIDA
También pienso en las entradas que tengo en el cajón que aguardaban impacientes el concierto de Rozalén, este verano en los Jrdines de Pedralbes. Ahora se han convertido en un misterio, porque no sé cuando podré volver a algún concierto, al menos en el formato del “antiguo normal”.
Me ha tranquilizado la idea de pensar que ella, Rozalén, encontrará la forma de resolverlo. Menuda responsabilidad le he colocado en un segundo. Será que confío en su creatividad inspiracional y en la de otras muchas personas que van a hacer posible que la cultura tenga un sitio digno donde disfrutarla y compartirla en este extraño pero inevitable : nuevo normal.
Voy a hablarle un rato a mi mente, de cómo tiene que acomodarse a estos cambios, adaptándose sin demasiadas resistencias, no vaya a ser que si no la educo, me quede sin fuerzas para poner la atención en lo verdaderamente importante.
Así que como me gusta escoger las batallas que quiero librar, me esfuerzo en mantener un diálogo interno donde la esperanza no deje de brillar, porque como decía María Zambrano, “la esperanza es el hambre de nacer del todo. “
Así que como ese hambre de acabar de nacer, de seguir naciendo, de renacer , renacer y renacer tantas veces como haga falta, no se me ha quitado, me voy a dormir tranquila alimentando además, la esperanza en el ser humano y dando gracias por todo lo que es y todos los que son.
Le doy de nuevo al play…, la canción incansable comienza de nuevo, abrazo mi libro mientras camino por el pasillo hacia mi habitación. Sé que no pararé hasta que la canción no me la aprenda de memoria, igual que no soltaré el libro hasta que lo acabe de leer y me haya empapado bien de lo que cuenta y enseña. Siento que son dos buenas compañías para despedir a este día y recibir al siguiente.
Gracias a quieres se den por aludid@s … y … a los que no… tambien .
Gracias a tod@s!