La neurociencia es, por mucho, la rama más excitante de la ciencia, porque el cerebro es el objeto más fascinante del universo. Cada cerebro humano es diferente, el cerebro hace a cada ser humano único y define quién es”. Stanley B. Prusiner (Premio Nobel de Medicina, 1997)
Sentimos, al igual que manifiesta Stanley, que el cerebro es fascinante y conocerlo nos abre infinitas posibilidades de transformación.
Es más, creemos que la singularidad de la persona es uno de los principales misterios, “to@s tan iguales tod@s tan diferentes”. La esencia es el núcleo de la persona y ésta siempre es singular e irrepetible.
La flexibilidad, la resistencia, y la incertidumbre, esa especie de aventura, están en nuestro sistema nervioso, forman parte de la vida”. Oliver Sacks
Escuchar a Oliver Sacks siempre ha sido un lujo y un placer. Un científico que ha aportado mucho conocimiento a nuestra trayectoria personal y que ha sido un gran divulgador en general de la Neurociencia. Está claro que la incertidumbre es una clave de nuestro tiempo, y aprender a vivirla de una forma saludable es un gran reto, o una aventura como dice Sacks.
Las neuronas son células de formas delicadas y elegantes, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental.» Santiago Ramón y Cajal (Médico español, premio Nobel de Medicina en 1906). El trabajo de Cajal, es uno de los que más admiramos, un hombre adelantado a su tiempo, nos avanzó muchas cuestiones que hoy sustentan la nueva Neurociencia. Si nos fijamos en el trabajo de estos grandes maestros, podemos empezar a entender cómo funciona nuestra mente y la importancia que tiene educarla con el objetivo de tener emociones equilibradas que nutran una actitud correcta, que repercuta, además, en nuestro estado de salud.
Otra de las frases inspiradoras de este premio Nobel:
Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro.»
En realidad, esto podemos conseguirlo si somos conscientes de la fuerza que tiene nuestra capacidad de elegir. Ya sabemos que lo importante no es aquello que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Y ahí es donde empezamos a elegir. Hemos de procurar que nuestras decisiones nos acerquen a quien realmente queremos ser, sin traicionar nuestros propios propósitos.