Curso de Educación Emocional:
"Palabras para la Vida".
En esta formación que te ofrecemos compartimos conocimiento, entusiasmo y alegría para poner a tu servicio un taller de desarrollo personal y educación emocional, dirigido a la esencia de nuestro ser.
Jornada donde contaremos dos partes que encontrarás detalladas después de los datos prácticos de matrícula. Un encuentro con alma.
“Lo que falta en la educación es el sentido profundo que permita formar buenas personas con capacidad para ser felices”.
José María Toro,
Los contenidos del Curso de Educación Emocional: “Palabras para la Vida”, están divididos en dos partes, por un lado la formación a cargo de
José María Toro, por otro, la formación a cargo de Carmen Boó.
José María Toro:
La Historia del cuerpo. Idolatrar al cuerpo, condenarlo a la imagen.
El cuerpo de nuestra Historia. ”La memoria del cuerpo: los “recuerdos”. El cuerpo “gozoso”. El cuerpo “espiritual”.
El cuerpo como templo del espíritu. El templo Sagrado. El cuerpo como “hogar”. El cuerpo “habitado” por el soplo de lo divino.
El cuerpo como espacio de Autorrealización. “Más allá del Desarrollo Personal”. El cuerpo atento. El estar atento. Mantenerse en el eje. La Atención y el Centramiento
“Lo importante no es el recurso ni la tecnología, sino la mano que la maneja y el corazón que la sostiene”
Carmen Boó:
La lealtad al corazón. Fidelidad al propio ser.
Determinación. Voluntad amorosa de conseguir un bien común.
Conciencia de intimidad. Poder de trascender. Proyectarse a la conciencia de unidad.
Esperanza para aprender a cultivar el tiempo de la espera sembrando las semillas adecuadas, la esperanza para “crear” correctamente, dirigiendo la intención de forma inspiracional.
Presentación :
“La Palabra se hizo Cuerpo y el Ser habitó en nosotros”
En este taller, en el que continuamente se vinculará la palabra al cuerpo, a la emoción y a la experiencia, se abordará el sentido y papel del cuerpo en los procesos de desarrollo y crecimiento personal.
Las formaciones no nos transforman realmente porque no llegamos a incorporarlas.
Incluir al cuerpo en los procesos de formación implica hacer del cotidiano vivir nuestro mapa, nuestra brújula, nuestro camino y el horizonte hacia el que caminar. Implica la ejercitación continua, es decir, determinados ejercicios específicos y, sobre todo, la integración del ejercitarse en la vida sencilla y sagrada de cada día.
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