Hoy en día han aumentado considerablemente los tipos de terapias que nos ofrecen muchas posibilidades de erradicar nuestros problemas y nos aconsejan seguir sus métodos. Por esta razón voy a empezar por realizar algunas consideraciones sobre conceptos importantes antes de llegar a exponer qué es la Terapia Emocional.
Originalmente la palabra “Terapia”, procede del griego y su raíz nos dice que está vinculada a la palabra “Tratamiento”, la cual, a su vez, está vinculada a verbos muy importantes como: ofrecer alivio, atención y cuidado.
Si atendemos a la raíz de aliviar, veremos que se relaciona con quitar un peso, ofrecer ligereza, consolar…
«La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar.»
Por su parte la palabra “atención”, nos habla de fijar la energía hacia algo o hacia alguien. Declara una intención de observar con ánimo de llegar a una acción concreta, que en el caso de la terapia es asistir, acompañar, orientar, facilitar, etc. Además, la palabra Atención, tiene diferentes acepciones:
Llegamos por tanto a la importancia de la palabra “cuidar” y ver su correlación con los conceptos señalados.
Cuidar abarca por tanto el poder aliviar, el poner atención y nos indica un interés consciente sobre algo o alguien para procurarle un bien.
Cuando hablamos de Terapia Emocional debemos tener en cuenta todo esto, ya que sin duda este tipo de terapia se focaliza en estas cuestiones para acompañar de manera adecuada los procesos emocionales de las personas.
Cuando el punto de interés y de atención es el estado emocional, vamos a conectar mediante la observación de la emoción con el modo de pensar. Muchas emociones no son lo suficientemente adaptativas a las realidades que vivimos porque parten de pensamientos que nos alteran y distorsionan el campo emocional.
Por tanto, comprobaremos que la correlación entre emoción y pensamiento es continua y que ambas cosas generan un continuum que influye en nuestra forma de interpretar el mundo, en nuestra actitud y evidentemente en nuestra salud y relaciones.
Vemos que es una secuencia que se retroalimenta y que debemos trabajar en el proceso de acompañamiento mediante una Terapia Emocional.
«Plantamos semillas que florecen en nuestras vidas, por tanto, elimina las del odio, avaricia, envidia y duda.»
La Terapia Emocional se aplica a cualquier persona interesada en su propio bienestar y autoconocimiento, que desee mejorar su vida y su personalidad. Este sería un tipo de demanda que no espera a la aparición de síntomas o situaciones problemáticas sino que parte del deseo de adquirir un estado de conciencia más elevado sobre la vida y sobre la propia persona.
En otros casos y acostumbran a ser los más frecuentes, acudimos a realizar una Terapia Emocional cuando nos encontramos con situaciones complejas que ponen de manifiesto los pensamientos alterados que provocan emociones sin gestionar y empieza así la escalada a experimentar un malestar de más o menos intensidad.
Te ayudará para cualquiera de estos casos y aquellos similares que estén relacionados con tu equilibrio y bienestar.
«Las personas que no son capaces de controlar su vida emocional pelean batallas internas»
que sabotean la habilidad de enfocarse en el trabajo y tener la mente ordenada.»
La Terapia Emocional como ya se ha ido comentando en lo descrito hasta ahora, pone el énfasis en las emociones. Como sabemos que éstas dependen de la estructura y esquemas de los pensamientos, también se tienen en cuenta ya que se trata de detectar hábitos mentales que no sean favorables e iniciar una transformación educando tanto pensamientos como emociones.
Hoy en día la Psicología en General desde paradigmas más clásicos a los más avanzados, le dan suma importancia a la Conciencia. Por ello, en primera instancia se trabaja el nivel de conciencia sobre los pensamientos y emociones que tiene la propia persona. Hay que identificar lo que se desea modificar, lo que se repite y no es conveniente, lo que nos produce más alteración etc.
Seguidamente siempre a través del conocimiento, se trabaja cómo se manifiesta todo esto en la realidad y qué consecuencias traen los hábitos e inercias inconscientes.
A partir de aquí se aplican los nuevos patrones que se crean con las herramientas propias de la Terapia Emocional y la capacidad de escoger de la persona, su implicación y deseo de obtener un mejor estilo de vida con una mente acorde a ello.
Las emociones no se reprimen simplemente se regulan. Aprendemos a adaptar pensamiento y emoción a cada situación siempre con el objetivo de buscar el daño menor y aprovechar la experiencia para darle sentido y disponernos a convertir el obstáculo en posibilidad.
Muchas gracias por tu interés en el post Terapia Emocional.
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